Los trabajadores no podrán comercializar productos por cuenta y orden de terceros, o artículos generados en la producción en serie. Tampoco estarán habilitados a vender alimentos.
En la sesión celebrada este jueves en el recinto del Consejo Deliberante, se aprobó por unanimidad el proyecto de ordenanza que buscaba reglamentar la actividad de los feriantes, a partir de la situación creada en plaza Rocha.
Bajo el nombre “Feria de Economía Popular e Intercambio”, los trabajadores deberán estar inscriptos en el monotributo social y no poseer un empleo en relación de dependencia con ingresos superiores al salario mínimo vital y móvil, entre otras condiciones.
De esta maneras, se resolvió que los puestos desmontables emplazados hasta el momento en la plaza Rocha -ubicada sobre la avenida Luro entre 20 de septiembre y Dorrego- pasen a ubicarse sobre vereda impar de la Ferroautomotora, en el perímetro delimitado por calles Neuquén, Don Bosco, Francia, hasta avenida Jara.
A su vez, se detalló que sólo se permitirá que en la misma se realice “la compra, venta y/o intercambio en carácter de permuta de productos usados y entrega de bienes comercializados en forma virtual”, excluyendo así la comercialización de productos “por cuenta y orden de terceros, y aquellas actividades de producción en serie o reproducción mediante técnicas y/o procesos industriales, como así también las relacionadas con la artesanía alimentaria”.
Permisos y monotributo social
Los feriantes deberán también solicitar un permiso, el cual podrá ser tramitado ante la Subsecretaria de Inspección General y será de carácter personal, intransferible, precario y renovable anualmente, conforme la reglamentación.
En este sentido, la normativa establece que para acceder a la habilitación se deberá ser mayor de edad; tener domicilio real en el radio del Partido de General Pueyrredon con una antigüedad de dos años como mínimo a la fecha de efectuar la petición; no tener empleo en relación de dependencia con ingresos superiores al salario mínimo vital y móvil; no ejercer actividad profesional, ni comercial y/o industrial por cuenta propia, que cuente con la habilitación municipal; no percibir beneficios derivados de la jubilación y/o pensión superior a los montos mínimos previstos por la autoridad previsional y, en el caso de personas con capacidad diferentes, se deberá acreditar mediante la declaración respectiva otorgada por la autoridad competente.
A su vez, cada permisionario no podrá tener más de un permiso a su nombre pudiendo denunciar un autorizado solo para el caso de fuerza mayor. Así las cosas, el feriante estará obligado a ejercer la actividad en forma personal, exhibir el número y la identidad de permisionario en el puesto de la feria, respetar el lugar, día y horario de funcionamiento asignado para el puesto, realizar a su cargo el armado y desarmado de su puesto, mantener la higiene del puesto y su entorno y contar con la instalación de baños químicos, a costo de los permisionarios.
Por otra parte, también deberán abonar las tasas y derechos que se establezcan para el otorgamiento del permiso y estar inscriptos en el Monotributo Social o en la categoría “A” de Monotributo, como una manera de formalizar la actividad económica.
Un clima de alegría
Durante la jornada legislativa, varios feriantes se encontraban presentes en el recinto, en el marco de un clima de alegría frente a la concreción de una de las demandas más fuertes del sector: el reconocimiento de su actividad y la regulación de la misma.
En este sentido, la concejal Marina Santoro (FpV), principal interlocutora entre los trabajadores y Ejecutivo, celebró la aprobación y compartió la algarabía vivida. “Ya hace un año y medio que veníamos trabajando con este tema. Ya en 2016 nos habíamos empezado a reunir con los feriantes y eso no había llegado a buen puerto porque el oficialismo, en primera instancia, no había tomado el tema. Recién en junio de este año, después de algunos hechos de tensión que se vivieron en plaza Rocha, pude establecer un diálogo con el Ejecutivo para realizar una mesa de trabajo”, recordó.
A su vez, definió el visto bueno de todos los bloques políticos como “una respuesta política y de gestión a un problema de desempleo y falta de trabajo”.
“Esta es una emergencia social que tiene que ver con que Mar del Plata es la ciudad con mayor desocupación del país y esa gente ha sido trabajadora en el sistema formal y se ha quedado sin trabajo y sin ingresos, por lo que llega a plaza Rocha con la necesidad de sostener todos los días a sus familias”, detalló la edil al tiempo que destacó la obligatoriedad de inscribirse a monotributo social.
“El monotributo social hace que el trabajador informal ingrese a cierta formalidad que le permite por lo menos tener una cobertura social y un aporto jubilatorio”, evidenció.
Así las cosas, resta que el Ejecutivo reglamente la normativa, proceso en el que deberá contemplar la conformación del legajo del permisionario; los días y horarios de funcionamiento de la Feria; medidas uniformes de los puestos a instalar; ubicación de cada puesto, según el rubro del permisionario; obligaciones que deberán cumplir los permisionarios; la fiscalización del funcionamiento de la Feria y la cantidad y ubicación de los baños químicos.